El tiempo que miden los relojes, conocido como tiempo civil, organiza los eventos de la vida cotidiana de muchas personas que viven en sociedades avasalladas por la civilidad.
Pero el tiempo natural, el de los procesos no regidos por la voluntad del hombre, sino por la fuerza intrínseca de su naturaleza, es totalmente ajeno a cualquier manipulación y por eso no se ajusta ni se encuadra en nuestras convenientes agendas y almanaques, absolutamente despojados de la lógica de la Creación.
Tomar conciencia de esto, reconocer y recuperar ese ritmo, sincronizándonos con él, vuelve a ponernos en estado de sintonía con el Orden Mayor del Universo que pulsa en cada una de nuestras células.





Lo que "se esconde o se tapa o se disimula o se ignora o se subestima o se minimiza porque avergüenza" a la propia mirada o a la de los otros es aquello o aquel o aquella que pone de manifiesto lo que no está integrado por y en nosotros ni aceptado. ¿Escondés situaciones? ¿Escondés objetos? ¿Escondés sensaciones-emociones-pensamientos-sentimientos, escondés vínculos? ¿Escondés... "personas"?
Lo que se oculta queda replegado en sí mismo, desplazado de la luz, confinado a las sombras, allí puesto por nuestra propia mano. Crecerá, pues, desnutrido, alejado del Amor que todo lo transparenta. Dejará de ser auténtico para convertirse en algo espurio.
Tus vergüenzas hablan de tus prejuicios y estos de tus miedos y ellos de tu ignorancia, que se esconde en tu cara sombría, desamorada, opaca...
Negar lo innegable es actitud de necios y, si ya no, al menos alguna vez todos lo hemos sido o lo seremos.

No es posible tapar el sol con el dedo...